MASTRANTONIO FREITAS, JUAN ENRIQUE

MASTRANTONIO FREITAS, JUAN ENRIQUE

Presidente del Colegio de Arquitectos V Región

¿Cómo asume este cargo de presidente? (Desde el punto de vista humano. Esto es, profesional, pero también como porteño, si lo es)Antes que nada debo aclarar que fui designado para conducir esta delegación por los colegas elegidos directores, todos ellos jóvenes, sin tener la primera mayoría. Acepté porque incluso el más votado así lo pidió y porque he aprendido a dirigir equipos: se debe recoger y amasar todas las ideas y llevar a cabo lo que el equipo decida. La designación la considero un honor pero también una tarea. La juventud del directorio, sacándome, la leo como una señal de una época que esperamos todos los “ancianos”, la de una juventud despierta, o sea, solidaria. Porque estimo que vivimos en una sociedad dormida, ignorante de los demás. Debo reconocer también lo que hicieron los dos viejos directorios anteriores: sanear económicamente un colegio en ruinas. Eso nos da otro tiempo. Eso nos da el tiempo suficiente para acometer las tareas atrasadas que tiene el gremio. Creo que la principal y más urgente es la de generar un espacio de debate interno en torno a asumir una ética común, puesto que tenemos la mayor responsabilidad, (suena a redundancia) sobre la intervención y construcción apropiada de nuestras ciudades. En este tema, tenemos una urgencia y un campo de pensamiento exquisito para tal efecto, porque tenemos la ciudad de Valparaíso delante de nosotros. No nací en Valparaíso, nací en Santiago, es mi pecado original.
¿Cómo es posible compatibilizar el tema patrimonial con la modernidad?
Ha visto un mall al lado del Partenón? No, porque la inversión que provoca desarrollo humano no se come los atractivos, porque ellos son un gran potencial de desarrollo humano. El patrimonio hay que entenderlo en su sentido original: son los bienes de las generaciones pasadas que tenemos que administrar. Simple, pero, como vivimos en una generación dormida, no nos damos cuenta y armamos grandes pseudo debates, de antemano sordos. Si nosotros, los arquitectos, oyéramos esto, haríamos las obras de arquitectura que nos corresponden en este tiempo, para los habitantes de ahora. No seríamos sólo una firma para la inmobiliaria que nos contrate. Vea lo que se enseña en las escuelas de arquitectura y vea lo que hacemos después, en cuanto a obras nuevas. Para nosotros, los artistas más funcionales, la arquitectura sólo atiende las necesidades de habitabilidad humana. Atender adecuadamente las de aquí y ahora nos coloca en nuestra verdadera modernidad. Pero nos falta que nuestras escuelas y las de las otras profesiones ligadas, enseñen la difícil materia que se recibe cuando se trata de rehabilitar edificios. Todos los oficios atienden necesidades, ese es el ánimo poético de una ciudad en cada época. Las ciudades son conglomerados de personas que se prestan servicios. La necesidad no es un dios pero es un demonio, igualmente poético.
¿Qué es lo que falta que se construya en la zona y que verdaderamente le podría dar una mejor calidad de vida a la ciudadanía? Antes que obras, planificación. Y en el medio de ello, una gran plaza pública en donde se debata un destino común.

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